Siglo XXI, la era de la tecnología, la era en la que crecí y lo sigo haciendo, el momento en el cual cambié pensamientos y mi forma de ver al mundo y a las personas. Pero hay algo que parecer no acabar y es mi ingenuidad con los hombres. Hablemos de los hombres de este siglo, de los genios del 2000, de los "sin compromisos, please". Pareciera ser que el mundo evoluciona y que los hombres no se quedan atrás pero ¿estaría bueno que paren un poco? Tal vez, sólo tal vez deberían entender que se relacionan con personas, sean mujeres u hombres sus elegidos. Cada vez que me detengo a analizar lo que suelen decir, termino llegando a la conclusión de que sufren un síndrome que consiste en el pánico al compromiso, en el miedo a elegir, en el terror a crecer, a soltar, a dejar ir. ¿Serán los hombres del futuro los próximos peter pan, o este siglo será de transición hacia hombres más maduros y comprometidos con su vida? Estoy muy acostumbrada a escuchar la frase "che no te enganches", deberían saber que se acaba la relación después de esas cuatro palabras, porque no podemos salir con personas que no quieren que sintamos nada, eso sería imposible ya que no somos maquinas del no sentir.
Es un siglo de muchos cambios donde las mujeres no se quedan afuera del "no compromiso" pero suelen ser menos, o al menos no es tan usual. Mujeres abramos los ojos, aprendamos a ver más allá de las dulces palabras de un hombre que quiere llevarnos a la cama, sepamos que todo "te quiero" no significa literalmente lo que la palabra indica sino un "te quiero para cuando quiero", que no es lo mismo que querer, que sentir. Pareciera que a los hombres de este siglo les asusta bastante acostarse con una sola, como si ese hecho los hiciera menos viriles, como si llevar a una sola mujer a la cama fuera a desestabilizar su status de machos alfa. Hombres, las mujeres nacimos para ser respetadas, para ser amadas no para ser usadas porque detrás de esa mujer maravilla que cada una le presenta al mundo, se esconde una mujer llena de inseguridades a la hora de querer, y entiendan de una vez por todas que cada palabra que dicen se guarda en nuestra memoria y que, muchas veces, es dificil volver atrás, porque lo dicho ya llegó a nuestros oídos y, si nos lastimó, es muy poco probable que podamos olvidarlo. En fin, personalmente creo que los hombres de este siglo no tienen muchos reparos en las consecuencias de su accionar cuando se trata de sentir, ojalá sea una transición y no algo que haya venido para quedarse.