jueves, 10 de septiembre de 2009

Generacion desencantada

Si no podemos encantarlos con la vida estamos fracasando, la vida no perdió su encanto, fuimos nosotros quienes perdimos el encanto por la vida.
El desencanto es la mejor arma de los mas corruptos, de los villanos de la historia, el desencanto nos aisla, nos encierra, nos separa, nos vacía de sueños.
Una generación desencantada no se siente útil, siente que al mundo, a la historia le da lo mismo que ella exista o no, una generación desencantada se siente sola.
Una generación desencantada pide a gritos un milagro, algo que le devuelva la fe en la magia, para volver a encantarse, para volver a creer en la magia esa generación debe saber que no esta sola, debe saber que es necesaria, importante y decisiva para otras generaciones pasadas y futuras, debe saber que lo que encanta de la vida no es el mundo que se recibió si no el que podemos dejar.
Para encantarse con la vida una generación necesita revelarse, el desencanto se contagia fácil pero el encanto es un trabajo de hormigas.
El encanto nos necesita a todos haciendo lo que amamos y amando lo que hacemos, porque es mentira que las cosas son como son, las cosas son como dejamos que sean.
El mundo cambia cuando nosotros cambiamos, y para eso hay que creer que el cambio es posible, es una acto de fe, un acto de valentía, un acto de compromiso, un acto de amor.
Te pueden decir que no se puede, te pueden decir que no, una y otra ves no que esto es lo que hay y que mas allá de esto no hay nada, solo un triste desencanto y que vos no podes hacer nada, que hagas lo que hagas no va a cambiar nada, es mentira es falso, mas allá del desencanto esta tu vida, tus sueños, y si vos no los haces realidad alguien los vive por vos, alguien se adueña de tus sueños, de tu vida.
Mientras caen bombas que confirman que nada tiene sentido, mientras bombardean a una generación desencantada, acá hay otra generación, encantada con la vida y con la realización de sus sueños.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Chicas sin suerte

Las chicas sin suerte siempre somos espectadoras, nunca protagonistas. Pero ser espectador o protagonista depende solo de una decisión.
A las chicas sin suerte nunca nos dan un protagónico, siempre somos nosotras las que tenemos que ir, pararnos en el centro del escenario, debajo de la luz, y decir “acá estoy”.
Las chicas sin suerte vivimos lamentandonos por lo que nos tocó en suerte. Pero cuando nos revelamos, cuando agarramos el toro por las astas, algo empieza a cambiar.
Las chicas sin suerte creemos que somos como una balsa en el mar, a la deriva. Pero podemos nadar, podemos patalear, remar… está bien, tenemos que remar mucho, sí, pero remando llegamos a donde nosotras queremos, no a donde el mar nos lleva. Ya no necesitamos la suerte, porque la suerte la hacemos nosotras.
Las chicas sin suerte nunca somos amadas. Y como no somos amadas las chicas sin suerte tenemos que hacer algo para que nos amen.
Para las chicas sin suerte ser amadas es un trabajo, un esfuerzo.
La suerte de la fea la linda la desea. Pero la fea no tiene suerte, tiene actitud, ella sabe hacer su propia suerte.
Porque es así, los que no tenemos suerte tenemos que ser prepotentes, estirar la mano y agarrar lo que la vida nos mesqina.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Efecto mariposa

Cuando escribís en una computadora y te equivocas es fácil, haces click en deshacer, corregís y seguís, pero en la vida es un poco mas complicado.
Nos encantaría que existiera un botón para deshacer nuestros errores, seria mas fácil.
Vivimos a mil y no le damos importancia a los detalles, a los cambios sutiles, cotidianos y ese detalle mínimo nos puede cambiar la vida.
Una palabra no dicha a tiempo, un gesto a destiempo, y lo que era la solución a nuestro problema pasa a ser un gran problema.
Creemos que las grandes tragedias son causadas por grandes errores, pero aveces un detalle, algo que no debería ser dicho, es el aleteo de esa mariposa que desata la tormenta. Y una ves desatada la tormenta uno quisiera volver el tiempo atrás, a esa palabra no dicha, a ese gesto que no hizo.
Aveces por mas que uno sepa que fue lo que desato la tormenta, y sepa como rebobinar la película, no puede volver atrás, no puede volver a frenar el efecto de esa mariposa.
En cualquier sistema por definición siempre se comete un error pequeño, insignificante, pero siempre hay una falla.
Causa y efecto, un pequeño error que produce grandes cambios, una mariposa que produce un huracán, detalles, pequeñas fallas, descuidos que escapan de nuestro control, eso nos dice el efecto mariposa, no podemos controlar todo.