sábado, 30 de noviembre de 2013

No digas nada, lo suplico

Sh, silencio. No hables, no hace falta. Lo digo en serio, no digas nada, no emitas sonido, no dejes que eso salga. Sh, tranquilo, te entiendo pero no me lo comentes, no lo cuentes. Sí, lo sé y está bien, lo acepto. Yo también te quiero, sí, comprendo que hay otra en tu vida. Ey, no te preocupes, estoy bien, no pasa nada, no te preocupes por mi. Claro, puedo manejar esto, hace cuatro meses que cortamos, obviamente está todo aclarado. Sh, por favor, no digas nada, ya sé lo que intentas decir pero no hables. Mírame, sonreí y hagamos como si esto no estuviese sucediendo aunque sepamos que al dar la vuelta, al regresar, todo va a estar roto. Sh, te suplico que no hables y te agradezco el esfuerzo por no hacerlo, claro que lo entiendo. Tranquilo, soy fuerte, estas cosas pasan, tenía que pasar. ¿Qué? No, no voy a llorar, no te pongas mal, sonríe por favor. Ahí va, esa sonrisa te queda mejor, ya sé que esto... bueno, ya sé todo, simplemente déjalo así porque está mejor. Yo ya lo sé y no me duele, ¿cómo me va a doler? ¿pensaste que iba a dolerme, que iba a saltar como una histérica? Pues, claro que no. Tranquilo mi am.., mi querido amigo. Esto no duele, esto no está pasando, mejor me voy, que te perdone Dios.
 

viernes, 15 de noviembre de 2013