domingo, 5 de diciembre de 2010

No te asustes si me encontras, no llores si te lastimó, vos te lo buscaste

La vida tiene muchas contradicciones que, seguramente, jamás voy a llegar a entender. Hoy, voy a redactar un claro ejemplo que demuestra  la histeria y las contradicciones del ser humano.
Nos besamos, te enganchas, te boludeo menos de una semana, me canso, te digo "deja de joder, fue, no me molestes más", estás tan enganchado que seguís diciéndome de verme y que me queres. Seis meses. maso menos, me buscas, sin encontrar una mínima respuesta mía. Cuando por fin me decido y digo "definitivamente si insistió tanto algo debe quererme", das media vuelta y te vas, te pones de novio, me seguís mandando mensajes y hasta llegas al punto de decirme "probemos así", ingenuamente te respondo "¿así? tenes novia ¿cómo se puede probar así?". En ese momento me había olvidado que la gente infiel existe, y tu respuesta fue bien relajada y segura "engañándola, no tiene por qué enterarse si la hacemos bien". Te dije que no, que jamás le haría algo semejante a una piba porque no me gustaría que me lo hagan, que se siente feo, que lastima y vacía enterarse que fuiste engañada por la persona que amas y que, siempre, las mujeres nos la agarramos con la flaca que estuvo con su amor, o sea, la amante. Eso es algo completamente idiota porque el tramposo acá sería él no yo, porque no la conozco a ella. Bueno, sigo con mi relato, me decís que no pensas dejarla porque no sabes si lo nuestro funcionaría. Como si todo esto fuera poco me confesas que queres hacerme sufrir por todo el daño que yo te cause y ahora, en este mismo momento, te respondo que tengas cuidado, sé muy bien cómo lastimarte, no me busques porque me vas a encontrar y no te va a gustar así que, si yo fuese vos, dejo de jugar conmigo y digo las cosas de frente y claras porque la única persona que va a terminar mal acá sos vos, no yo, te lo aseguro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario