Mentiras

Mentiras, mentiras, mentiras, mentiras. Eso suena en mi cabeza cada vez que un hombre intenta acercarse a mi como algo más que un amigo. Lo primero que pienso es miente, me ve cara de imbécil y, por eso, decide mentirme. Pero, lo cierto es que me doy cuenta cuando una persona no dice la verdad, aunque muchas veces, quiero creerle. Entonces me repito una y mil veces que no me miente, que me quiere y que eso no va a cambiar. Más tarde, vuelve mi karma, regresa mi miedo y termino diciendo: Me miente, jamás va a decirme la verdad.