miércoles, 15 de junio de 2011

Luz, cámara, flash.

Reglas básicas para sacarse una foto: Sonreír, quedarse quieto y esperar. Flash. Fotos, que invento tan hermoso y tan destructivo a la vez. Una imagen dice más que mil palabras, según algunos. Pero, a su vez, las imágenes pueden ser malinterpretadas. Un abrazo amistoso puede pasar a ser un abrazo amoroso, y con el photoshop podemos hacer lo que queramos. Yo creo que no hay nada mejor que las palabras cuando son usadas con buenas intenciones, nada puede decir más que una palabra.
Nadie puede negar que lloró mirando una foto ni, tampoco, se puede negar que se vienen miles de recuerdos a la mente una vez que la miras. Las fotos captan el momento pero no la esencia, son fieles testigos de lo que haces en ese segundo en el cual te quedaste quieto. Porque por más de que te sientas terrible si te sacan una foto es muy poco probable que no sonrías. 
Las fotos nos refrescan los recuerdos, buenos o malos, eso depende del momento que hayamos captado. También, pueden hacer que una persona se de cuenta de algo que puede llegar a pasar o hacen que sepamos cómo eramos cuando teníamos tan sólo unos pocos meses de vida. Las fotos captan el momento, captan a la persona pero, no siempre, a su esencia.

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