miércoles, 9 de mayo de 2012

No soy la segunda opción de nadie.

Creo que definitivamente necesito pensar un tiempo, sola. Me hace falta plantearme qué es lo que quiero y qué es lo que no quiero. Estuve a punto de perder mi dignidad por un pibe que, simplemente, me iba a usar. No quiero eso, puedo vivir sin él, puedo sacarme la costumbre de hablar con él de domingo a domingo, de día y de noche. Tengo que evitar sonreír la próxima vez que me hable porque no quiero hacerlo, no me conviene, no me hace bien. Sé que sólo está conmigo porque soy una segunda opción y me cansé de eso, no puedo permitirlo, no me lo banco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario