sábado, 28 de agosto de 2010

Que ganas de escupirte en la cara

Te vi y nadie lo puede negar. Con mis ojos te vi salir del hotel esa tarde y, entonces, comprendí las llamadas a horas extrañas sin explicación. Te amaba, estaba tan ciega. Siempre te creí. Te vi llevarla a su casa, abrazarla y darle mis besos. Sentí que mi mundo se derrumbaba, se me deshizo el orgullo. Así llena de verguenza y llorando de pena por ti me fui. Luego, al abrir la puerta dijiste te quiero y entonces morí. Que ganas de escupirte la cara, que ganas de arañarte con ganas, que ganas tengo de herirte. Sabías que te amaba, ahora, es odio lo que siente mi alma, es tan amargo el veneno.Definitivamente, me mataste por la espalda.

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